Fisioterapia para Deformidades Craneales
Fisioterapia Pediátrica
Las deformidades craneales, así como las tortícolis congénitas son complicaciones más comunes de lo que pensamos en los recién nacidos y muchas veces van de la mano, con una prevalencia del 20-30% y hasta del 60% en partos múltiples.
¿Qué son las deformidades craneales en bebés?
Hablamos de deformidades craneales cuando vemos de forma evidente que la cabecita y la cara del bebé no son simétricas. Esto asusta mucho a los papás y a las mamás, y es que ver que “le pasa algo en la cabeza” lo asociamos rápidamente con una enfermedad grave, y nada más lejos de la realidad.
Como muchas otras cosas, tiene tratamiento, y además de ser indoloro, es muy efectivo, ¡así que vamos a verlo!
Causas de las deformidades craneales en recién nacidos
Primero vamos a ver un poco cuáles son las posibles causas de las deformidades craneales, son muchas y muy diversas, algunas de las cuales son:
Factores Intrauterinos
- Embarazos múltiples, ya que el espacio es más reducido en la barriga de la mamá.
- Posiciones fetales prolongadas.
- Cualquier tipo de anomalías uterinas o en el líquido amniótico.
- Feto de gran tamaño, macrocefalia.
- Tipo de pelvis materna, así como la presentación que adquiere el bebé en esta.
Factores Extrauterinos
- Parto traumático, o en muchas ocasiones instrumentalizado
- Nacidos Prematuros, en ellos es más común.
- Tortícolis, movilidad reducida, algún grado de retraso psicomotor.
- Ingresos de larga duración.
- Presión externa mantenida por tiempo variable, muy típico en niños que pasan muchas horas boca arriba o que tienen una postura favorita.
Tipos de deformidades craneales
Las cabecitas de los bebés con algún tipo de deformidad, pueden presentar las siguientes formas:
- Plagiocefalia: es la más habitual, la cabecita presenta una zona plana en la parte posterior hacia un lateral, muy asociada a la tortícolis muscular congénita.
- Braquicefalia: la cabecita es más ancha que larga
- Dolicocefalia o escafocefalia: la cabecita es más larga que ancha.
¿Cómo tratamos las deformidades craneales en bebés?
Como siempre lo primero será la recogida de datos y valoración del pequeño, en este caso utilizaremos distintas escalas y tomaremos medidas de la cabecita para poder realizar el diagnóstico de la deformidad y así escoger el tratamiento más adecuado a cada caso.
Una vez realizado el diagnóstico pasaremos al tratamiento, basado especialmente en:
- Control postural: Esto es sin duda imprescindible, nuestra piedra angular desde la que partiremos para empezar a solucionar el problema. Enseñaremos a las familias las distintas posiciones, así como complementos, que tendrán un impacto positivo importantísimo en la cabeza del bebé.
Aquí tengo que hacer una mención especial al porteo ergonómico, ya que es una herramienta magnífica con grandes beneficios sobre el bebé, ayudará a que su cabecita se encuentre libre de presiones al no estar apoyada en ninguna superficie, y estará relajad@ y tranquil@ al estar en contacto con papá, mamá o la persona que l@ portee.
- Fisioterapia Pediátrica Craneal: La fisioterapia debe ser siempre la primera línea de acción para cualquier asimetría no sinostósica (es decir, que los huesos no estén fusionados), esto independientemente de la edad del niño o de la gravedad inicial de la que partamos.
Tras la valoración inicial y diagnóstico trabajaremos directamente sobre las distintas estructuras craneales del bebé, buscando y corrigiendo las restricciones que presenten y consiguiendo con esto la corrección de dichas estructuras, siempre con movilizaciones suaves e indoloras. Así mismo trataremos también la tensión acumulada fruto de estas deformidades.
- Casco Corrector: La utilización de casco o no, debemos valorarlo de forma muy individualizada, dependiendo de los distintos factores que presente la cabeza del bebé. Cuando obtenemos unos valores que nos indican deformidad moderada o severa, se plantea la utilización del casco.
En estos casos, se recomienda su uso a partir de los 5 meses de edad, ya que, si se comenzase a utilizar pasados los 9 meses, los resultados que se obtienen son dudosos. Deben llevarlo puesto prácticamente todo el día, y a pesar de lo que pueda parecer, no les molesta en absoluto, lo único que puede ser incómodo es que sudan mucho. Para muchos padres ver al bebé con casco les puede generar angustia, pero no producen dolor ya que no son un tratamiento agresivo.
Como en todos mis tratamientos, la atención no acaba en la consulta, mantendremos una valoración continua para ver que la evolución sigue el plan marcado inicialmente, por si hubiese que introducir alguna modificación o por si surgiesen dudas a las familias.
